Hermanos

Dos hermanos. Edades similares. Ambos compartieron y siguen compartiendo el placer que les produce realizar una actividad X. Uno de ellos, el mayor, renegaba de lo paralelos que hasta ese momento eran los caminos que recorrian prácticamente juntos. Cuando su edad no le permitió seguir concurriendo al lugar en donde realizaba dicha actividad decidió continuarla por su parte. Su hermano, en cambio, no lo hizo. No porque esos años anteriores no haya sentido satisfacción o alegría suficientes, simplemente porque no buscó donde poder continuar haciendo algo que tanto le gustaba.
El mayor, ésta vez en otro lugar, logró involucrarse con la actividad cada vez más en el transcurso del año, intentando mientras tanto abandonar el fantasma de la inadaptación al colegio secundario, de la mano del goce de la expresión artistica que le nacia y nace bien de adentro. Luego de haber visto lo que fue la producción final de éste nuevo espacio que el mayor habia descubierto, el menor se vió estimulado con la idea de volver a experimentar aquello que le produjo tanta felicidad tan solo un par de años atrás.
El mayor podria haber avalado ésta decision. Podria haberlo apoyado. El menor no insistió ante la negativa de quien habia sido su compañero en innumerables situaciones. Actuó de forma humilde tal vez, actuó de forma tal para que no haya un mayor conflicto. Pero ambos se equivocaron. El mayor no pudo pensar en su hermano dentro de un grupo propio del que ya se sentia parte. El menor puede que haya pensado que para el no era indispesable hacer lo que habia vuelto a sentir en ese momento como necesidad. Uno pensó en proteger eso que le habia costado tanto, su bienestar, sus ganas de hacer y aprender. El otro pensó antes en la simplificación de las cosas. Pero se olvidó de priorizar algo que para el era satisfactorio. No pensó en que uno tiene que habilitarse lo propio, y no dejarse influenciar por palabras ajenas.
Actualmente ambos hermanos lograron abrirse. El uno con el otro, y cada uno por separado. El mayor continuó con la actividad sin interrupción, y se disculpa con su hermano menor por no haberle permitido hacerlo a el tambien. Un día como hoy, en que es un hecho que el hermano menor retomará aquello que lo hacia feliz, quien escribe le desea la mayor suerte del mundo. Y espera que ésta vez nada ni nadie interrumpa lo que nunca hubiese merecido que le sea interrumpido, eso que está dentro suyo, dentro de su naturaleza, dentro de su corazón.