17. 18 después. 19 después de eso. 17 ahora. 18 va a ser birra legal. 19 va a ser terminar el secundario. ¿17? Cambiar. Cambiar cosas. Cambiar cosas a mi alrededor. ¿Cambiarme a mi? Nunca. Nunca digas nunca. ¿Cambiarme a mi? Sólo defectos. Sólo eso que lastime al otro. Sólo eso que lastime al otro. Sólo eso que no me haga bien. ¿Cambiar quien soy? Nunca. Y digo nunca cuando quiero. ¿Quieren que cambie mi naturaleza? Yo no quiero. Pero te quiero a vos. Mucho. ¿Por qué? Sino me queres como soy. y mirá que hice mucho. Cambié. Cambié cosas que son parte de mi mundo, para que me dejes entrar al tuyo. No me queres como soy, entonces juego a ser otro. Por vos. y no te das cuenta. Soy muchos ahora, soy pocas veces el que quiero ser. Soy más tiempo ese que quiero que vos veas. ¿Por qué te quiero tanto? ¿Es solo un fanatismo adolescente? ¿Tengo tu póster pegado en mi cabeza? no. En mi corazón. Y no tengo ganas de sacarte de adentro. ¿No tengo ganas o no puedo? No puedo, lo acepto. No se elige eso. A veces siento, o pienso, que sigo adelante porque ya empecé. Porque me me quiero rendir después de tanto tiempo. Vos sos el premio. Un premio que me dispara dos cosas. Dos posibles futuros. Uno en el cual seamos felices juntos. En el que confiemos el uno en el otro. En el que me sienta como en casa. Un futuro cálido. En el otro no me siento cómodo. No me desenvuelvo. No soy un yo auténtico. En éste otro futuro intento ser el que vos preferirías que sea. Me esfuerzo, no me quejo. Pero nunca me relajo. Nunca dejo de intentar que me quieras, que me necesites. ¿Tendrá futuro éste futuro? ¿Somos realmente seres incompatibles? No me importa. La incompatibilidad es un invento de la mente. Yo sigo otros impulsos. ¿Y si todo esto terminó antes de empezar? Quiero vivirlo de todas formas. Puede que sea verdad, y lo que no quiera sea rendirme a ésta altura.
Es bueno tener a alguien con quien compartir lo que a uno le pasa. Es necesario. Si hay algo que todos deberían de de tener desde el principio hasta el final son amigos. Amigos que escuchen, amigos que hablen, amigos que estén. Me enorgullece y me hace feliz poder decir que yo los tengo, y que no estoy solo. Tengo amigos-hermanos. Y hermanos-amigos. Hermanos con los que se achicaron distancias, y se fortalecieron relaciones después de atravesar la puerta al jardín de la calma.
Me nacen las ganas de que se levante el telón. De escuchar los aplausos del público. De moverme en donde siento que no necesito el permiso ni la aprobación de nadie.
Aprendí cosas en mi vida, algunas más valiosas que otras. Y el día de hoy llego a una conclusión. No hacer lo que a uno le da felicidad es triste, es perjudicial, es insalubre. Ser feliz vale la pena. A luchar por eso entonces.
7.8.09
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